Me sentía cansada y quería descansar, los compromisos del día a día me habían mantenido ocupada y en movimiento todo el día….pero el darme por otros era más importante. Era lo que Dios estaba usando para despertar algo en mi, estaba sintiendo la ciudad, estaba experimentándola y entendía que debía realmente meterse dentro de mi. […]
Tenía miedo, habían muchas voces hablando, las ráfagas de intimidación nublaban el lugar, no me dejaban ver….pero de pronto en medio de una búsqueda desesperada por recibir ayuda, El apareció…como un León feroz rugió y la intimidación cesó, huyeron de espanto y solo quedamos los dos. Me dijo: ¿Dónde estaban los que atormentaban? Le respondí: Ya
Mientras podaba un árbol en mi jardín, Su sabiduría me comenzó a hablar y enseñar. Ha sido recurrente cuando limpio mi jardín, riego las plantas, arranco raíces o podar que Su sabiduría hable. Y pienso en cuán unidos debemos estar a la creación para recibir y oír lo que la sabiduría del Padre nos quiere
¡Lo hiciste! ¡Volviste a hacerme reír otra vez! La realidad de Tu presencia y de Tu voz me recreó. El gozo volvió a llenar mi alma y a refrescar mis huesos. He conocido que No cederás ni un paso hasta tener todo de mí, conozco que no te rindes, ni tienes miedo. He visto que
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